Recuerdo que cuando empezaban los partidos del mundial del 86 en México, en la tele repetían una y otra vez el comercial de cerveza Carta Blanca. La razón: Mar Castro, una modelo argentina que saltó a la fama haciendo saltar a un par de amigas que tenía. Al tiempo pienso que fueron mis primeras chaquetas mentales... Recuerdo tambíen haber escuchado de varas personas, hombres todos, que la "Chiquitibum" estaba buenísima... Hoy la veo y no me parece mal, pero no lo exhuberante que presumían antes... La "Chichitibum", como le decían algunos otros, no volvió a hacer nada más en su carrera. Pero esa porra de 20 segundos le dió fama para toda su vida. Esta es Mar en la actualidad: Años después Televisa intentó repetir el efecto, pero ahora asegurandose de tener variedad. Inventaron un grupo de chavas a las que llamaron "Chic Pack" Para que puedan hacer la comparación, aquí están los videos de la Chiquitibum y del Chic Pack...
Hacia el final de los años ochenta, una computadora envidiable tenía un disco duro de más o menos veinte megabytes. Pasada la mitad de los noventa, se hablaba comúnmente de memorias de más de un gigabyte. No imaginaba uno qué tantas cosas podría llegar a guardar para colmar tamaño vacío informático. Hoy día, las nuevas computadoras vienen equipadas con discos internos de cientos de gigas, y externos que tranquilamente llegan al terabyte, hasta hoy auspicioso con su millón de megas. Nada que no se pueda uno gastar en almacenar música, fotografías y video. Una vez instalados en la imagen de alta definición, ya hay quienes hacen cálculos en petabytes, inclusive exabytes. Cada uno de estos últimos, equivalente a un millón de teras. Hace veinte años, los archivos se almacenaban en floppies en los que con trabajos cabían más de seiscientos kilobytes. Bastaba, sin embargo, un solo floppy para guardar entero el sistema operativo, más el procesador de palabras, más una buena cantid